MEDITACIÓN DE LA CUARTA PALABRA
Merece la pena recordar que los evangelistas conservan muy pocas palabras en la lengua materna de Jesús, es decir, tal y como las pronunció, en arameo, ya que la versión de los evangelios se conserva en griego, aunque sabemos que el evangelio de Mateo tuvo una versión previa en hebreo.
Pues bien, tanto Mateo como Marcos recogen una frase en lengua aramea, una súplica de desesperación, casi podríamos decir que de humana decepción, que Jesús lanza al Padre desde el patíbulo de la cruz:
"¡Elí, Elí! ¿lama sabactani? " |
“¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?"
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¡Cuánta soledad, cuánto dolor!
Propongo hoy una meditación sobre la pieza Elí, Elí que el músico húngaro György Deák-Bardos (nacido en 1905 y muerto en 1991) compuso en el año 1933 para recordar el 1900 aniversario de la muerte de Jesucristo.
Su texto, en latín y arameo se traduce así: “En torno a la hora de nona, Jesús clamó a voz en grito: ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?”.
Con esta música llena de sentimiento y emoción, os deseo una reflexiva celebración del comienzo del Triduo Pascual (cliquear aquí)
Propongo hoy una meditación sobre la pieza Elí, Elí que el músico húngaro György Deák-Bardos (nacido en 1905 y muerto en 1991) compuso en el año 1933 para recordar el 1900 aniversario de la muerte de Jesucristo.
Su texto, en latín y arameo se traduce así: “En torno a la hora de nona, Jesús clamó a voz en grito: ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?”.
Con esta música llena de sentimiento y emoción, os deseo una reflexiva celebración del comienzo del Triduo Pascual (cliquear aquí)
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